Delito automotor

La verificación vehicular tiende a establecer las formas más adecuadas de proceder para la identificación o reconstrucción de la identidad registral de vehículos, a los fines de establecer su respectiva procedencia y, en su caso, señalar la existencia de un delito o controversia.

Número de chasis original en pala frontal sobre ruedas, marca SDLG modelo LG933 (Origen chino). Fueron estampados con cuño manual en aduana, pudiendo inducir a error e imputación por adulteración. Caso año 2018.

Según el marco normativo argentino, los vehículos -incluidas las maquinarias agrícolas, maquinarias viales y todas aquellas que se autopropulsen- deben poseer, desde su fabricación, elementos que constituyen su individualidad, aún antes de su inscripción inicial. De este modo, cada vehículo cuenta con dos números o códigos alfanuméricos que, a los fines legales y de registro, constituyen su identidad: número de motor y chasis. El marcado de estos códigos se procura en zonas de baja reparación y recambio, para evitar alteraciones involuntarias, procediendo por diferentes mecanismos para su implantación. Los mecanismos y particularidades del marcado quedan a discreción de los fabricantes.

No obstante las previsiones del macro normativo actual, estas no son aplicables a los productos importados, donde cada país tiene injerencia en las particularidades registrales. En este sentido, si bien el revenido químico con fines de detectar adulteraciones es una operación técnico-policial, es importante contar con un consultor o veedor del procedimiento y de las conclusiones a las que se arriba, procurando que las operaciones practicadas por la autoridad de aplicación se basen en fundamentos técnicos actuales y contrastables.